Un zapato de seguridad para toda tu jornada

Conoce un zapato de seguridad para toda tu jornada que no solo protegera tus pies sino que tus piernas tu espalda y tu cuello notaran la diferencia y haran que tu jornada laboral sea mas placentera

Cuando pensamos en un calzado de seguridad, habitualmente lo asociamos con un zapato con puntera. Pensamos en un elemento que nos protege de un eventual accidente.

Esto resulta una verdad parcial, no debemos omitir las enfermedades profesionales y lesiones a las que se enfrenta un trabajador por una mala selección del calzado.

Estas afecciones pueden clasificarse en problemas musculoesqueléticos, dermatológicos, circulatorios.

 

Problemas musculoesqueléticos y posturales:

Un calzado que no proporciona el soporte o la amortiguación adecuada afecta la biomecánica del cuerpo, provocando desalineaciones y sobrecargas que se extienden más allá del pie, afectando rodillas, cadera y columna. Las principales afecciones en este rubro son:

• Fascitis Plantar: Inflamación del tejido grueso (fascia plantar) que recorre la planta del pie, desde el talón hasta los dedos. Es común por el uso prolongado de zapatos sin amortiguación o soporte adecuado del arco.
• Metatarsalgia: Dolor e inflamación en la zona de la “bola” del pie (metatarso), a menudo causada por presión excesiva en el antepié, lo cual puede ocurrir con calzado ajustado, de tacón alto, o sin el soporte metatarsal adecuado.
• Juanetes (Hallux Valgus) y Deformidades: El calzado estrecho comprime los dedos, lo que puede causar desviaciones óseas progresivas, siendo el juanete la más común.
• Lumbalgias y Dolores de Rodilla/Cadera: Un calzado sin el soporte adecuado puede generar una mala distribución del peso corporal y una desalineación postural, llevando a dolor crónico en la zona lumbar (lumbalgia), rodillas (ej. tendinopatía patelar, síndrome de dolor femoropatelar) y cadera (ej. Bursitis, trocantérea o coxartrosis prematura).
• Fatiga Muscular y Calambres: El calzado pesado o mal diseñado puede provocar una fatiga muscular prematura y calambres frecuentes en la pantorrilla y la planta del pie, disminuyendo la resistencia durante la jornada.

 

Afecciones dermatológicas e infecciosas

La falta de transpirabilidad, la mala absorción de la humedad o el roce constante por un mal ajuste favorecen la aparición de problemas en la piel. Las más comunes son:

• Dermatitis: Puede ser irritativa (por contacto con el material del calzado o sustancias como el cemento o desinfectantes) o alérgica (por sensibilización a componentes del calzado, como pegamentos o tintes).
• Micosis (Infecciones por Hongos): El calzado poco ventilado retiene la humedad y el calor, creando un ambiente ideal para la proliferación de hongos, resultando en condiciones como el Pie de Atleta o la Onicomicosis (infección de las uñas).
• Ampollas y Rozaduras: Causadas por la fricción constante debido a un mal ajuste de la talla, horma o materiales internos de baja calidad.
• Hiperhidrosis y Xerosis: El ambiente del calzado puede exacerbar problemas de sudoración excesiva (hiperhidrosis) o, por el contrario, sequedad cutánea (xerosis).

Problemas circulatorios

Especialmente relevantes en trabajos que requieren pasar largas jornadas de pie o sentado sin movimiento.

• Insuficiencia Venosa Crónica y Edema: La compresión o la falta de movimiento adecuado puede dificultar el retorno venoso, provocando estasis venosa, hinchazón (edema) y, a largo plazo, el desarrollo o empeoramiento de la insuficiencia venosa crónica.

A la hora de seleccionar tu calzado o el de tu personal no podes omitir las consecuencias para la salud antes descriptas y que seguramente evitaras si tomas algunas precauciones al momento de la selección:

• Compra calzados Certificados por normas IRAM 3610
• Compra Marcas reconocidas
• Asegurate que el fabricante sea responsable a la hora de la firma de la declaración jurada de conformidad
• Asegurate de la trayectoria de la marca
• No compres solo por precio
• Asesorate acerca de los riesgos cubiertos por el zapato de seguridad

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